Thursday, 7 March 2019

¿Por qué hay que cuidar la biodiversidad?

http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/naturaleza/2017/04/11/225205.phpLa biodiversidad, la enorme variedad de especies que habitan en el planeta, puede parecer un concepto lejano y poco importante para los ciudadanos. Sin embargo, afecta en nuestra vida cotidiana de muchas maneras. Por ello, la pérdida de biodiversidad, un problema que se está acelerando en las últimas décadas, nos perjudica a todos. Este artículo señala por qué es importante cuidar la biodiversidad, cuáles son sus principales amenazas y qué es posible hacer para protegerla.

Los responsables de la Organización de Naciones Unidas (ONU) recuerdan que la biodiversidad es la base de la vida y de los servicios esenciales que brindan los ecosistemas. Por lo tanto, es el fundamento del desarrollo sostenible de la población en todos los sectores económicos, como la agricultura, la silvicultura, la pesca, la industria farmacéutica o el turismo, entre otros. "Al detener la pérdida de la diversidad biológica estamos invirtiendo en la gente, sus vidas y su bienestar", subrayan desde este organismo internacional.
"Estamos rodeados de biodiversidad en nuestro día a día"
La Unión Europea (UE) también valora la importancia de cuidar la biodiversidad para el bienestar de los ciudadanos y estima que su pérdida cuesta cada año a los Estados miembros el 3% de su Producto Interior Bruto (PIB). Para conocer si los europeos son conscientes de ello, la Comisión Europea (CE) publicaba en 2015 un Eurobarómetro sobre la biodiversidad. La encuesta, con respuestas de 27.718 habitantes de la UE (un millar de ellos españoles), señalaba que ocho de cada diez europeos piensan que su pérdida es un problema "grave" y que más de cinco creen que les afectará. Los españoles se consideraban más preocupados que la media de ciudadanos comunitarios.

La Fundación Biodiversidad, una institución del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), impulsa proyectos e iniciativas para conservar este bien común en España, precisamente el país con mayor biodiversidad de Europa.
Su directora, Sonia Castañeda, asegura que "estamos rodeados de biodiversidad en nuestro día a día. Está en nuestra casa, en nuestra nevera, en nuestro botiquín, en la ropa, etc. Hablar de biodiversidad es hablar de genes, de especies, de ecosistemas. Por eso es necesaria para que haya vida en el planeta. Sin ecología no hay economía: el 40% de la economía mundial depende de tener unos ecosistemas sanos. Y también es bienestar social, ya que de ella depende que tengamos medicinas, alimentos, textiles, etc.".


Cuáles son sus principales amenazas

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la tasa de desaparición de especies en el último siglo es mil veces superior a la natural, como consecuencia del cada vez mayor impacto de las actividades humanas.
La destrucción de los hábitats, la extracción insostenible de los recursos naturales, las especies invasoras, el calentamiento global o la contaminación son algunas de las principales amenazas contra la biodiversidad, según los expertos.
La conservación de la biodiversidad supone pensar en todas las especies, por insignificantes, repulsivas o dañinas que puedan parecer, ya que todas tienen una función en el equilibrio terrestre. Un insecticida que pretende acabar con las plagas puede matar también a otros organismos que las controlan de forma natural. Asimismo, hay especies claves dentro de los ecosistemas a los que pertenecen, cuya desaparición arrastra la de muchas otras.
Y no menos importante es la conservación de los espacios y ecosistemas naturales donde habitan todas las especies. Si desapareciera el río Amazonas, además de perder una de las zonas con más biodiversidad del planeta, el clima, los vientos, la humedad, la disponibilidad de oxígeno y otros muchos factores se verían seriamente afectados a escala mundial. La biodiversidad no es uniforme, y es en los trópicos donde se halla en mayor cantidad.

¿Qué podemos hacer?

Los expertos señalan varias acciones que los ciudadanos pueden hacer para cuidar la biodiversidad:
  • Concienciarse sobre su importancia y las consecuencias de su pérdida. El primer paso para hacer frente a un problema es conocerlo. La biodiversidad es mucho más que una enorme cantidad de especies; nos da la vida.
  • Consumir de forma sostenible con la naturaleza. Para ello resulta esencial seguir las tres erres del consumidor ecológico (reducir, reutilizar y reciclar).
  • Evitar actividades ilegales con especies y denunciarlas. El contrabando de especies pone en riesgo la supervivencia de muchos seres vivos, algunos de ellos en peligro de extinción. Consumir animales comercializados de forma ilegal daña la biodiversidad.
  • Visitar espacios naturales sin causar impactos. Disfrutar de la naturaleza es una buena idea, pero para que pueda seguir siendo así, y de paso para proteger a todos sus habitantes, es importante evitar prácticas que puedan causar daños ambientales.
  • Apoyar a organismos conservacionistas. El apoyo de ONG o instituciones que se dedican al cuidado de la naturaleza, ya sea haciéndose socios o contribuyendo como voluntario ambiental, también ayuda. 

La biodiversidad y la huella ecológica están peor que nunca

El Informe Planeta Vivo de WWF indica la drástica reducción de especies y el aumento de la huella ecológica y propone soluciones

El estado de la biodiversidad mundial está peor que nunca. Así de categórica se muestra la ONG conservacionista WWF en su último informe Planeta Vivo. Especies como mamíferos, aves o peces se han reducido a la mitad en cuatro décadas, y en algunos casos, como las especies de agua dulce, los datos son aún más alarmantes. El estudio analiza también la huella ecológica global, que indica que la presión de la humanidad sobre la naturaleza es cada vez mayor y sobrepasa desde hace años la capacidad de recuperación del planeta. A pesar de estos datos, los autores del estudio ofrecen soluciones porque consideran que todavía se está a tiempo de cambiar las cosas. Este artículo señala que la biodiversidad se reduce, la huella ecológica aumenta y posibles soluciones frente a ello.

La biodiversidad se reduce

El Informe Planeta Vivo de WWF, un trabajo científico bienal que documenta desde 1996 el estado del planeta, la biodiversidad, los ecosistemas y la demanda de recursos naturales de la humanidad, muestra en su última edición de 2014 varios datos preocupantes.
En menos de dos generaciones humanas, el tamaño de las poblaciones de animales vertebrados se ha reducido a la mitad
El Índice Planeta Vivo (IPV), que mide las tendencias de 10.380 poblaciones de 3.038 especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces, ha disminuido un 52% entre 1970 y 2010. Como indica en el prólogo del informe el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini, "en menos de dos generaciones humanas, el tamaño de las poblaciones de animales vertebrados se ha reducido a la mitad. Estas formas de vida constituyen el tejido de los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra, y son el barómetro indicador de lo que le estamos haciendo a nuestro propio planeta, nuestro único hogar".
Las especies de agua dulce son las que salen peor paradas. Su IPV ha disminuido un promedio del 76%. La pérdida y fragmentación de hábitats, la contaminación y las especies invasoras son sus principales amenazas, sin olvidar los cambios en los niveles de agua y la conectividad del sistema acuático, como el riego y las presas hidroeléctricas.
El IPV de las especies terrestres y marinas disminuyó un 39% en ambos casos. Para las especies terrestres, la pérdida de hábitats para usos humanos, en especial la agricultura, el desarrollo urbano y la producción de energía siguen siendo una gran amenaza, agravada por la caza. Para las especies marinas, los descensos más acentuados han sido en los trópicos y en el Océano Antártico. Las tortugas marinas, muchos tiburones y grandes aves marinas migratorias, como el albatros viajero, son algunas de las especies marinas más afectadas.
El informe señala también que la reducción de la biodiversidad afecta tanto a las regiones templadas como a las tropicales, aunque en estas últimas es mayor. El IPV templado muestra una disminución del 32% en 6.569 poblaciones de las 1.606 especies analizadas, frente al 56% del IPV tropical en 3.811 poblaciones de 1.638 especies. Miguel Ángel Valladares, director de comunicación de WWF España, destaca que "los países más pobres, que son los más ricos en biodiversidad, son los que más pierden, y en concreto, en Latinoamérica, donde el IPV se reduce en más de un 80%."
Los autores del estudio apuntan a la pérdida de hábitats y la caza y la pesca como las principales causas, sin olvidar al cambio climático, una amenaza que "ejercerá con probabilidad mayor presión sobre las poblaciones en el futuro".

La huella ecológica aumenta

El último informe Planeta Vivo destaca que la huella ecológica a nivel global continúa en aumento. Durante más de 40 años, la presión de la humanidad sobre la naturaleza ha excedido la capacidad de recuperación del planeta: Se necesitaría la capacidad regenerativa de 1,5 planetas Tierra para brindar los servicios ecológicos usados cada año. De seguir a este ritmo, en 2030 se necesitarán dos planetas y en 2050, tres. Aunque los avances tecnológicos han disparado el rendimiento de las zonas productivas, el aumento de la población humana (ha pasado de 3.100 millones de personas en 1961 a casi 7.000 millones en 2010) ha provocado la reducción de la biocapacidad per cápita (el área disponible por persona para mantener el consumo de los recursos naturales y absorber las emisiones de CO2).
El componente dominante de la huella ecológica durante más de medio siglo ha sido el CO2 emitido por la quema de combustibles fósiles, que no ha dejado de crecer: en 1961 representaba el 36% de toda la huella ecológica de la humanidad, mientras que en 2010 alcanzó el 53%.
La huella ecológica varía entre naciones. Si todas las personas del planeta tuviesen la de un residente de Qatar, se necesitarían 4,8 planetas, o 3,9 planetas si fuese un residente tipo de Estados Unidos. En España, según Valladares, la huella ecológica "está por encima de la media, pero es pequeña en comparación con los 'reyes' (Qatar, Kuwait y Emiratos Árabes), que consumen cinco o seis veces su superficie. España ocupa el puesto 40º de todos los países del mundo analizados. La huella de los cultivos y de la pesca son las que más peso tienen ahora".

Posibles soluciones

El informe no quiere quedarse en los datos negativos, sino que hace hincapié en las soluciones, subraya el director de comunicación de WWF España, "porque pensamos que todavía estamos a tiempo". Para ello, sus autores proponen cinco puntos básicos en los que gobiernos, empresas y ciudadanos pueden aportar:
  • Preservar el capital natural: restaurar los ecosistemas dañados, detener la pérdida de hábitats prioritarios y expandir de forma significativa las áreas protegidas.
  • Producir mejor: reducir bienes y desperdicios, gestionar los recursos de manera sostenible y aumentar la producción de energía renovable.
  • Consumir de manera más inteligente: adoptar estilos de vida de bajo impacto en la huella ecológica y patrones de consumo de alimentos más saludables, y usar energía sostenible.
  • Reorientar los flujos financieros: valorar la naturaleza y los costes ambientales y sociales, apoyar y recompensar la conservación, gestionar los recursos de manera sostenible e innovadora.
  • Gobernanza equitativa de recursos: compartir los recursos disponibles, tomar decisiones justas y ecológicamente informadas, y medir el éxito más allá del PIB.



No comments:

Post a Comment