Symbiotic partnerships are a major source of evolutionary innovation. They have driven rapid diversification of organisms, allowed hosts to harness new forms of energy, and radically modified Earth's nutrient cycles. The application of next-generation sequencing and advanced microscopic techniques has revealed not only the ubiquity of symbiotic partnerships, but the extent to which partnerships can become physically, genomically, and metabolically integrated (1). When and why does this integration of once free-living organisms happen?
La simbiosis fundamental
J. S.
Los casos de calamares bioluminescentes y gusanos marinos gigantes
pueden parecer meras curiosidades de la biología, la ciencia de la
exuberancia y la profusión donde cualquier cosa que pueda ocurrir acaba
ocurriendo en alguna parte. Pero hay un suceso que ha resultado tan
central en la historia de la vida en la Tierra que obliga, por sí mismo,
a considerar la simbiosis como un mecanismo evolutivo esencial: el
origen de la célula eucariota, el tipo de célula del que estamos hechos
todos los animales, las plantas y los hongos de este planeta, además de
microorganismos unicelulares como las amebas y los paramecios. Sin la
simbiosis que originó la célula eucariota no existiríamos.Las mitocondrias se han hecho bastante populares en los últimos tiempos. Se han usado para identificar a Colón, para resolver toda clase de crímenes y para determinar los parentescos del hombre de Atapuerca; además transmiten enfermedades hereditarias por vía materna y son objeto de intensa investigación para intentar corregirlas. Cada una de nuestras células contiene entre 100 y 100.000 mitocondrias, que son las responsables de producir la energía para los procesos vitales.
Gracias sobre todo a la gran bióloga Lynn Margulis (1938-2011), aunque con notables precursores que se remontan a tiempos de Darwin, sabemos hoy que las mitocondrias provienen de antiguas bacteria de vida libre, y que su asociación con otras bacterias y arqueas (similares a las bacterias) generó la célula eucariota hace unos 2.000 millones de años. Como en los demás casos de simbiosis, la selección natural darwiniana tuvo un montón de trabajo que hacer después, pero el mecanismo disparador fue la simbiosis.
Las células de las plantas y las algas tienen un segundo orgánulo (pequeño órgano intracelular) de origen bacteriano: los cloroplastos que les permiten obtener energía de la luz solar.
Si esto son curiosidades, nosotros también lo somos.
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