Friday, 27 February 2015

Degradación ambiental.Protección.

ENVIRONMENTAL DEGRADATION IN ALMERÍA
The Province and city of Almería are important areas of the Mediterranean basin with respect to their cultural heritage and environmental values.
Desertification is the environmental problem here. As a result of the favourable climatic factors, it has been place for civilizations since Prehistoric times. These populations have been using the natural environment (mining, shepherding, permanent agriculture...) with a slow but continuous destruction of the natural resources in these vulnerable Semi-arid ecosystems.
In addition, the recent and dramatic landscape transformation has resulted in the destruction of natural habitats and their component species.
In the last 50 years, the area of the city has increased from about 2.5 Km2 to about 10 Km. The municipal territory occupies 296.21 Km 2. The present population is 193,000.
The urban area supports 200 vascular plant species, including varieties of palm trees (Phoenix dactilifera) from North Africa, Jacaranda, Ficus, Tetraclinis articulata, Anthirrinum hispanicum and the invasive ornamental speciesPennisetum setaceum. The typical urban habitats in the city contain ten important natural or semi-natural coastal, scrub and grassland habitats of plant communities.
This urban development is responsible for the landscape deterioration, the increasing in energy and water consumption, in atmospheric pollution and solid urban waste and loss of green areas.
The predominant traditional agriculture system of family farms has been replaced by intensive agriculture, greenhouse and building sectors development. These activities are depleting the aquifers, increasing the marine intrusion and raising salt levels in the soil. That is how this area becomes desertified.
On top of this, the current development model, based in the tourism demand, increases the consumption, the pressure on natural resources, the landscape alteration and the loss of cultural identity.
In order to palliate this negative impact on the natural protected areas , different measures have to be adopted for the preservation of the ZEPA (Zonas de Especial Protección para las Aves, Zone of Special Protection for Birds) areas and Natural Protected Places( Sierra Alhamilla, Desierto de Tabernas,Cabo de Gata-Níjar, Parajes Naturales de Alborán) and the high ecological value of plant and animal species and habitats they include.
 Degradación de los bosques:
http://www.almediam.org/articulos/articulos_074.htm


Degradacion costas
www.ual.es/GruposInv/ProyectoCostas/viciana%202007.pdf

Desertización
dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2212173.pdf

Degradación medio ambiente Almería:
www.webeconomia.com/files/degradacion.pdf

http://link.springer.com/chapter/10.1007/978-0-387-89684-7_1?no-access=true


 Evaluación ambiental de planes y programas. Plan de ordenación del territorio de aglomeración urbana de Almería. Memoria ambiental.
www.juntadeandalucia.es/...ambientales/...ambiental/...ambiental.../mapot...

Recuperación ambiental delta Andarax
www.magrama.gob.es/...ambiental...(almería).../tcm7-322458-16

 Contaminación suelo metales pesados
https://books.google.es/books?isbn=8482406590

Minas de Almería:






 
 Cargadero Compañía Minera Sierra Alhamilla.


 Minas de Serón: Cargadero de los Canos.


Cerusita en galena. Sierra de Gádor.


 Wulfenita de la Sierra de Gádor.

http://mti-minas-andalucia.blogspot.com.es/2010/01/minas-de-rodalquilar-filon-340.html

Protección de los espacios naturales almerienses:

 Espacios naturales protegidos de Andalucía:

http://waste.ideal.es/espaciosnaturales-andalucia.htm

 



LA NATURALEZA ALMERIENSE FRENTE AL SIGLO XXI.
EL DESARROLLO INTEGRADO.
...... se han expuesto, a grandes rasgos, las riquezas geológicas, paisajísticas, biológicas, históricas y etnológicas que atesora la provincia de Almería. En cualquier caso, ha quedado suficientemente demostrada la magnitud y la singularidad de sus recursos naturales que la hacen acreedora al título de capital europea de la biodiversidad. Puede afirmarse que en ningún otro lugar del continente existe una variedad de hábitats tan importante, ni tan diferente, como la que aparece representada en este rincón del Sudeste peninsular.
Durante los últimos tres lustros se ha realizado en Andalucía un gran esfuerzo en materia de legislación ambiental. © JJMG.Esta situación ha provocado que la administración, ante las demandas y exigencias de una sociedad cada vez más sensible y responsable con su entorno y que apareció como fenómeno sociológico en España durante los años 70, haya tenido que responder reaccionado ante el vacío legal que existía en materia de conservación y de protección ambiental.
La década de los 80 se caracterizó por una frenética actividad legisladora, tanto a nivel del Gobierno Central, como en aquellas Comunidades Autónomas que como la andaluza tienen transferidas casi todas las competencias en materia de medio ambiente. De esta forma la Junta de Andalucía creó como Ente Autónomo a la Agencia de Medio Ambiente que desaparece como tal a mediados de los 90, incorporándose a la Consejería de Medio Ambiente. 
Almería cuenta en la actualidad con 10 espacios naturales protegidos. Están constituidos por el Parque Nacional de Sierra Nevada, los Parques Naturales de Cabo de Gata - Níjar, Sierra María - Los Vélez y Sierra Nevada (compartido con la provincia de Granada), los Parajes Naturales de Punta Entinas - Sabinar, Desierto de Tabernas, Sierra Alhamilla y el Karst en Yesos de Sorbas y las Reservas Naturales de la Albufera de Adra y de Punta Entinas - Sabinar. En conjunto constituyen el 8% del total de la superficie provincial que está muy por debajo de la media andaluza, contrastando con el 31,9% de Cádiz y superando tan sólo a la provincia de Málaga que posee un 3,9%. 
El futuro de estos y otros espacios estará ligado en un próximo futuro a la denominada Red Natura 2000, regulada por la Directiva Hábitats y que pretende la creación de un red de Zonas de Especial Conservación (ZEC) que garantice la biodiversidad de los hábitats naturales y de la flora y fauna silvestres en el territorio de la Unión Europea, obligando a los Estados Miembros a tomar medidas para su conservación. Durante 1998 y dentro de esta dinámica la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía presentó una propuesta ante el Ministerio de Medio Ambiente, incluyendo 128 espacios con una superficie total de 2.428.982 Has., lo que supone el 27,8% de la superficie total de Andalucía. 
Actualmente se trabaja en nuevas figuras de protección legal dentro del ámbito de la U. E. . © JJMG.De éstas, 293.713,93 Has. corresponderían a la provincia de Almería de las que 145.488 Has. pasarían a formar parte de 14 nuevos espacios protegidos. En este sentido, cabe destacar también que actualmente se encuentra en fase de estudio la creación de dos nuevos Parques Nacionales en esta provincia: el Parque Nacional de los Desiertos de Almería y el de Alborán. 
La política de declaración de espacios naturales que se ha desarrollado hasta la fecha ha contribuido de modo importante a conservar multitud de hábitats, que de otra forma se hubieran degradado de manera irreversible o simplemente hubieran desaparecido. Por otro lado, ha dotado a Andalucía de una de las redes más completas y amplias de áreas protegidas dentro del ámbito no solo español, sino de la Unión Europea. En este sentido, esta comunidad autónoma se ha convertido en punto de referencia a la hora de establecer medidas que garanticen la conservación y protección de hábitats especialmente relevantes.
Sin embargo, no se puede obviar que este complejo proceso no haya estado exento de problemas administrativos y sociales. En ocasiones ha adolecido de defectos de forma y contenido, probablemente, debido a la novedad que este tipo de figuras declarativas llevaban aparejadas y que no se habían puesto en práctica anteriormente. Así, los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales y los Planes Rectores de Uso y Gestión que constituyen las herramientas legales internas de dichos espacios y que deben realizarse con anterioridad a la declaración de los mismos, se han desarrollado normalmente con posterioridad. El proceso para la dotación de recursos, tanto técnicos, como humanos, y el desarrollo de las infraestructuras de uso público necesarias para el correcto funcionamiento de estos espacios ha sido en ocasiones lento, estando en algunos casos en fase de realización. 
Pero el principal problema al que se enfrentan algunos de los espacios incluidos en la RENPA es la contraposición entre los intereses públicos y privados. La conservación de determinados hábitats requiere, en ocasiones, de limitaciones y restricciones de uso que se contraponen directamente al desarrollo de actividades humanas que no sean las estrictamente científicas y/o conservacionistas. Cabe destacar que la Constitución Española en su articulo 33 reconoce el derecho a la propiedad privada, especificando cuando ésta puede declararse de utilidad pública. Así estipula que “nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto en las leyes”.   
La creación de la Red Andaluza de Espacios Naturales Protegidos, ha sido uno de los objetivos prioritarios. © JJMG. Algunos de los propietarios de predios privados cuando ven limitado gravemente los usos de sus fincas por parte de la administración (sin que medie indemnización alguna) entienden que se quebranta lo legalmente dispuesto y acusan a ésta de realizar una “expropiación encubierta”.Actualmente la jurisprudencia existente a este respecto es escasa y difiere mucho según la interpretación de los magistrados.
La gestión en algunos espacios protegidos como el Parque Natural de Cabo de Gata - Níjar, donde la propiedad privada supera el 80% del territorio, trae consigo considerables problemas en relación con lo expuesto en el párrafo anterior, creando un clima de malestar social que sin duda a nadie beneficia. El hecho de que tanto este espacio como el Parque Natural de Sierra María - Los Vélez cuenten con sendas “Asociaciones de Afectados por el Parque” pone de manifiesto ésta y otras situaciones que van en detrimento de la correcta gestión que precisan estos territorios. Parece por lo tanto necesario un cambio en la política realizada en esta línea hasta la fecha que podría comenzar por una mayor integración de la administración pública en los espacios que administra. Ésta no puede esperar a que se generen los problemas, sino que debe intervenir antes de que estos aparezcan. 
Las Juntas Rectoras de los Parques Naturales continúan siendo organismos principalmente simbólicos y consultivos que, pese a contar con la participación de la mayoría de los agentes sociales que intervienen en los mismos y recoger algunas de las propuestas y demandas sociales, tienen una escasa incidencia en su gestión. En este sentido, además de dotar de funciones a la anterior institución parece necesario realizar un notable esfuerzo en el campo del desarrollo de la educación ambiental. Ésta no puede quedar tan solo en la realización de carteles, folletos, exposiciones, charlas, itinerarios o actividades lúdico didácticas que suelen recaer de forma positiva sobre los sectores de población ya sensibilizados, sino que debe incidir especialmente en aquellos que se manifiestan de forma abierta en contra de su conservación y protección. Por lo tanto, sería necesaria la presencia representativa y activa en asambleas, asociaciones de vecinos, asociaciones sectoriales (pesca, agricultura, ganadería, industria, etc.), Centros de Profesorado, centros de enseñanza y en todos aquellos puntos donde se puedan exponer de manera abierta y directa las ventajas y, en su caso, los inconvenientes que trae consigo la gestión de espacios de estas características, abriéndose al dialogo y al encuentro conjunto de soluciones a los problemas. Así mismo, las inversiones públicas no deben limitarse exclusivamente a labores de conservación y de protección de los espacios protegidos, sino que podrían incidir también directamente sobre los núcleos de población afectados, creando en estos las infraestructuras de uso público necesarias para la correcta gestión de los espacios y haciendo al paisanaje protagonista y partícipe directo de su paisaje. 
La creación de infraestructuras de uso público es aún insuficiente. © JJMG.Hacer coincidir los intereses de conservación y de protección del medio ambiente con la explotación de los recursos naturales es una tarea compleja, así como imprescindible dentro de la planificación actual de cualquier territorio, tanto en espacios protegidos, como en los que no gozan de estos estatus legales.
Sobre este particular se ha creado a lo largo de las últimas dos décadas una auténtica “filosofía” que ha aportado incluso neologismos, como “ecodesarrollo” o “desarrollo sostenible”, ante la falta de sustantivos y de adjetivos que denominaran adecuadamente a este reciente fenómeno sociocultural y económico. En cualquier caso, el desarrollo integrado que parece expresar mejor estos conceptos parte de la idea de contribuir de forma positiva a la conservación y protección del medio natural, que incluye desde los valores paisajísticos hasta los biológicos, pasando por los geológicos, antropológicos, etc., manteniendo un equilibrio constante entre la explotación de estos recursos y el desarrollo de las actividades humanas en su lícito afán por alcanzar mayores cotas en su calidad de vida. Esta compleja interrelación debe garantizar entre múltiples parámetros la no-sobreexplotación de los recursos naturales que provoca una destrucción del equilibrio del sistema y hace peligrar el desarrollo de las comunidades humanas, amén de degradar o destruir el medio ambiente.
El hecho de que Almería presente en la actualidad un grado de biodiversidad tan acentuado y unos espacios bien conservados especialmente en al área de costa no es producto de la casualidad, sino que va ligado a la reciente historia de esta provincia. Probablemente, el abandono y el olvido a los que ha estado sometida esta región durante la mayor parte del siglo XX hayan contribuido, paradójicamente, a mantener entornos naturales que han ido desaparecido en el resto del Mediterráneo peninsular y europeo. El secular ostracismo y el aislamiento a los que se ha visto sometida esta provincia se acentuaron aún más durante el período de “desarrollismo” a ultranza que caracterizó a las últimas décadas del anterior régimen, dejando a Almería dentro del ámbito de la marginalidad y del abandono. La escasez de agua y las pésimas comunicaciones, entre otros factores limitantes para el desarrollo socioeconómico, mantuvieron a esta provincia en una situación de “indisposición permanente” ante las inversiones, tanto públicas, como privadas. Con lo anteriormente expuesto no se pretende establecer una equívoca relación causal entre el abandono y la conservación de la naturaleza, sino comprender porque ha sido más fácil establecer medidas de conservación y de protección en hábitats costeros de Almería en comparación con otras provincias mediterráneas como Málaga, donde poco o nada era susceptible de este tipo de medidas ante la gran degradación ambiental de las zonas costeras debido principalmente a la sobreexplotación turística. 
El “milagro” económico almeriense del último cuarto del siglo XX es el resultado directo de un crisol de gentes, que se ha alzado en auténtico protagonista de uno de los fenómenos socioeconómicos más singulares de la reciente historia de Andalucía y de España. En ningún otro lugar de la “piel de toro” se ha asistido ha un proceso tan vertiginoso de creación de riqueza a partir de una situación previa de total y absoluta marginalidad. Almería ha pasado en 25 años de estar a la cola de las provincias españolas en cuanto a renta per cápita, a constituir un referente del estado de progreso económico del país.  
Sin lugar a dudas, han sido tres factores principales dentro del ámbito provincial los que han contribuido directamente a este espectacular despegue económico y social. En primer lugar el cultivo bajo plástico, los invernaderos. Miles de hectáreas improductivas del litoral  fueron testigos del nacimiento de una agricultura revolucionaria capaz de desafiar los rigores y las limitaciones que imponen los subdesiertos del Poniente Almeriense. Ante la falta de terrenos adecuados para el cultivo se crearon suelos artificiales a partir de arcilla, estiércol y arena. Frente a la escasez de agua se aprovecharon las subterráneas y gota a gota se fue regando cada mata. Los iniciales enarenados fueron cubiertos por plásticos para aumentar la velocidad de crecimiento vegetativo y producir un número superior de cosechas, consiguiendo así un rendimiento económico muy superior. Más de 60.000 millones de pesetas anuales en beneficios, tan solo en esta comarca, ponen de manifiesto la importancia que este sector productivo ha alcanzado en los últimos años, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos a escala provincial. 
Queda una inmensa tarea por realizar en el campo de la educación ambiental. © JJMG.
En segundo lugar, cabe destacar el sector turístico que ha llegado a esta provincia muy tarde en comparación con otras regiones por los condicionantes socioeconómicos antes descritos. Como en el resto del Mediterráneo español el tipo de turismo que se ha potenciado es el denominado “de sol y playa”, el cual se encuentra actualmente en fase de expansión ante el colapso que sufren otras áreas litorales que ofertan este mismo tipo de producto. Núcleos como Almerimar o la urbanización de Roquetas de Mar en el poniente y Mojácar o la costa de Vera en el levante constituyen algunos de los más destacables ejemplos de este tipo de oferta en el ámbito del litoral almeriense. No se puede obviar dentro de este contexto la potencialidad que el turismo rural posee en una provincia tan variopinta como Almería. Este tipo de sector está teniendo una demanda cada vez mayor y puede constituir un incentivo económico importante para las áreas rurales del interior. 
Por último, destaca la extracción de mármol y la elaboración de diversos productos a partir del mismo. La riqueza en este tipo de roca en la Comarca del Alto Almanzora y Los Filabres era conocida y aprovechada desde los primeros pobladores de la región. Sin embargo, el auge y la intensificación de las explotaciones mineras a cielo abierto son un fenómeno propio del siglo XX y especialmente de su último tercio. Actualmente constituyen la tercera fuente de ingresos en el ámbito provincial y, al igual que ocurre con en el cultivo bajo plástico, se está asistiendo a un proceso de apertura a nuevos mercados internacionales que a priori constituyen una garantía para el mantenimiento y crecimiento del sector.
El protagonismo exclusivo de la iniciativa privada en los tres sectores descritos es positivo desde el punto de vista del desarrollo, pero “arriesgado” si se carece (como ocurre en la actualidad con la agricultura bajo plástico y el turismo) de planes directores que mitiguen los efectos nocivos de la especulación y el desarrollismo y que ponen en peligro el propio concepto de la sostenibilidad. 
Del adecuado desarrollo de cada uno de estos y otros sectores productivos, de su desarrollo integrado, dependerá el panorama que caracterice al siglo XXI. En el siguiente capítulo se van a considerar por separado los principales impactos que estas u otras actividades pueden ocasionar en el medio ambiente almeriense, proponiendo algunas alternativas que según el criterio de los autores podrían contribuir a aminorarlos.

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